Hoy tenemos que dar la bienvenida a nuestra amiga Cristina, que aunque esté a unos cuantos kilómetros de aquí (muy muchos), que se ha aventurado a hacer esta receta y nos ha deleitado visualmente el paladar (o yo al menos estoy salivando). Así que le cedo el trono por un día y espero que disfrutéis de hacerla. Está muy elaborada, hay fotos para cada cosa, así que imposible perderse (Gracias Cris).
Es la primera colaboración del blog, y ¡espero que no sea la última! No me enredaré más, aquí os dejo su receta (escrita por ella misma). ¡Disfrutadla!
Ingredientes:
Para la masa
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300 gr de harina
-
40 gr de mantequilla
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1 cucharada colmada de levadura en
polvo
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2 cucharadas de azúcar de caña o
blanca
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125 ml de leche
-
1 huevo (pequeño o mediano)
Para el relleno
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Mantequilla, azúcar de caña o
morena y canela al gusto
Elaboración:
Poner la leche, junto con las dos cucharadas
de azúcar y la mantequilla en un cazo y calentar hasta que todo se disuelva,
pero sin que llegue a hervir. Dejar templar la mezcla. Poner la harina y la
levadura en un bol, y cuando la leche esté a la temperatura adecuada, añadir al
bol. Mezclar con una cuchara y luego amasar con las manos. Añadir el huevo a la
mezcla. Tened en cuenta, que si habéis decidido doblar las cantidades de los
ingredientes para hacer más cantidad, los huevos tenéis que integrarlos de uno
en uno. Si el huevo que tenéis es de los grandes, como en mi caso, a lo mejor
la mezcla os queda un poco húmeda y grumosa. Pero no pasa nada: añadiendo un
poco más de harina se soluciona (yo le tuve que agregar una cucharada y media
más de harina). Cuando la masa sea uniforme, hacer una bola y dejarla reposar
en un recipiente engrasado y tapado durante 1,5-2h.
Pasado este tiempo, hay que volver a amasar un poco la masa para degasificarla
y luego la estiramos en forma de rectángulo. Hacemos la mezcla para el relleno
con mantequilla ligeramente ablandada (que no llegue a estar líquida), azúcar y
canela al gusto y la esparcimos por toda la superficie de la masa de manera
uniforme. Si vemos que nos hemos quedado cortos con el relleno… ¡hacemos más!
Enrollar
la masa sobre sí misma asegurándonos de que el rollo quede bien prieto y no se
deshaga. Después cortamos el rollo en rodajas de, más o menos, un dedo de
grosor y las disponemos en una bandeja o fuente de hornear, pegados unos a
otros. Dejamos reposar tapado una media hora más.
Precalentamos el horno a 225ºC y horneamos
durante 15 minutos. Como ya sabemos que cada horno es un poco diferente,
aseguraros de que no se queman por fuera y podéis pinchar uno de los rollitos
para ver si están bien hechos por dentro. Si todavía no están listos, bajad un
poco la temperatura del horno y dejadlos unos minutos más, vigilando que no se
hagan demasiado por fuera. Una vez listos, los dejamos enfriar y luego los
separamos unos de otros y… ¡a disfrutar!
Espero que os haya gustado su receta, próximamente ¡más canela! No os desenganchéis.
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