lunes, 20 de enero de 2014

Copas de vainilla con chocolate y mermelada de arándanos y frambuesas



Desde hace bien poco le he cogido el gusto a usar hojas de gelatina neutra. Admiten gran variedad de platos (se puede utilizar en recetas saladas, aunque nunca lo he probado, para hacer gelatina de frutas, gelatinizar cremas varias - de yogur, mandarina, vainilla, etc. - y para dar brillo a tartas de crema y frutas).

Me acuerdo la primera vez que la usé ¡menudo desastre hice!, no di brillo a las fresas, básicamente parecían pegotes de algo encima de las pobres fresas… También probé (pero cuando era más pequeña) de hacer una gelatina de fresas, de las que ya vienen preparadas con el sobre de los polvos. Pues bueno, en vez de hacer gelatina, hice zumo, un zumo que sabía igualito al jarabe para la tos. Me quedó líquida, y tras horas y horas de esperar para que espesara, la nevera me dijo "hasta aquí puedo hacer", nada, tuve que tirarla porque estaba realmente malísima. 

Pero ahora, me he reconciliado con la gelatina, y me he aficionado a comprar estos paquetitos que tienen unas 12 láminas, de esas que deben hidratarse en agua fría durante 5 minutitos. Son muy fáciles de usar, y si sigues las instrucciones (cosa que hace unos años, más bien cuando tenía 13-14, iba a ciegas), todo sale a la perfección. 

Esta Navidad decidí hacer un postre ligero con gelatina, yogur y zumo de mandarina, y me gustó la experiencia, así que quise repetir, pero cambiando el yogur por nata, y el zumo de mandarina por vainilla.

Al principio no se notaba el sabor, pero después de un día entero en la nevera, el sabor a vainilla era suave, con una textura delicada y no es un postre para nada pesado. Yo os recomiendo que lo hagáis de un día para otro, os irá mucho mejor. 

Así que nada, aquí os dejo la receta:

Ingredientes:

6 láminas de gelatina neutra
500 ml de nata para montar (no vale la de cocinar puesto que es más ligera)
2 vainas de vainilla
1 cucharadita de extracto de vainilla (si no disponéis de ella, no pasa nada, es para potenciar el olor y el sabor)
Sacarina líquida (al gusto, no tomé la medida, cuando probéis la mezcla y esté un su punto justo de dulzor)
Chocolate para fundir
Mermelada de arándanos y frambuesas

Elaboración:

El primer paso es abrir las dos vainas de vainilla y raspar su interior, pues las semillitas son las que dan el sabor. En un cazo ponemos la nata, las dos vainas y las semillitas, añadimos la sacarina líquida (o azúcar en su defecto) y el extracto de vainilla. Llevadlo a ebullición. Apagamos el fuego y dejamos templar.

Mientras tanto, se pueden hidratar las hojas de gelatina dejándolas en remojo en agua fría durante 5 minutos. Cuando su textura cambie y se hayan hinchado, las escurrís bien. 

Colamos la preparación, para que no nos queden restos de la nata, y disolvemos (es importante que aun esté templada), las hojas de gelatina. 

En unos vasitos o cuencos de cristal, ponemos una base de nata, y dejamos enfriar en la nevera una media hora o tres cuartos, hasta que esté casi cuajado. 

Aquí es cuando podéis derretir el chocolate. ¡Ojo! cuando se enfríe en la nevera se quedará duro, otra alternativa, si queréis textura mousse es subir nata y mezclar el chocolate (pero al cubrir con otra capa de la nata-vainilla que hemos preparado, se puede estropear). Ponemos otra capa de nata-vainilla y dejamos cuajar. 

Cuando haya transcurrido el tiempo suficiente, podemos poner por encima una capa de mermelada de arándanos y frambuesas. Si no la queréis espesa, se puede calentar con un chorrito de agua en un cazo, así quedará más líquida. 

El chocolate se puede sustituir por capas de mermelada, A mí personalmente me gusta más todo con mermelada, tiene una textura muy agradable y la mezcla de sabores es excelente.


¡Espero que os haya gustado esta receta y os resulte fácil! Nos vemos en la siguiente entrada.

Maria. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario